Descripción
Autor
Instrumentación
Duración
Páginas
Año de composición
ISMN
Ref.
Souvenir d’un kiosque (Recuerdo de un quiosco)
Esta pieza es una polka, de melodía sencilla y fácil de bailar. Su rírmo alegre nos insinúa que nuestro autor debía escribir también música ligera, con la que tocar en un baile o en un café.
Ángeles y niños
Su subtítulo es (Pensamiento poético para piano). Es una pieza con una atmósfera bien conseguida, escrita en la luminosa tonalidad de Mi bemol mayor, de la que se alejará por exponer el segundo tema en modo menor. Los acordes arpegiados de la mano izquierda le otorgan un aire íntimo, mientras la mano derecha ejecuta intervalos muy grandes, en los que las notas agudas, que lleva la melodía, nos hacen pensar, tal y como indica el título, la inocencia y la gracia de los niños, los cuales son, probablemente, los seres humanos más parecidos a los ángeles que existen. Esta pieza está conectada con “El canto de los ángeles”, pues la melodía es muy parecida, y la forma de tema con variaciones se mantiene, si bien en la segunda pieza las variaciones son, por momentos, virtuosísticas. El ejemplar que hemos utilizado para esta edición fue impresa por Vidal y Roger, impresores de música de la calle Ample 35, de Barcelona. Desconocemos por eso, la fecha exacta de su impresión.
El canto de los ángeles
Dedicada a los reyes de España, fue publicada en una fecha que no podemos precisar por B. Eslava en Madrid. Utilizando un tema melódico bastante parecido a la anterior composición, el autor se recrea con las variaciones de forma virtuosa. Se evidencian influencias netamente románticas, haciéndonos la pregunta, de si debido al hecho que Carreras vivió parte de su vida en Francia, conocería la obra de los virtuosos por excelencia del piano del siglo XIX, Franz Liszt i Frederic Chopin, entonces esta obra no tiene nada que envidiar en cuanto a dificultad técnica y expresividad a las obras de estos dos compositores. Es de destacar, que una de las variaciones coge como base técnica del trémolo de tres notas iguales, una característica que, si bien ya se había aplicado a la guitarra con anterioridad en obras de Ferran Sor (1788-1839), llegará a su máxima expresión y popularidad con la obra de Francesc Tàrrega (1852 -1909), músico universal que puede que tuviera contacto en algún momento con Joan Carreres o, como mínimo, las obras que pudieron ser escuchadas por nuestro autor, la técnica del trémolo no es exclusiva de la guitarra española.
Bonheur Parfait (Felicidad perfecta)
Esta obra, publicada por Leon Langlois a Paris en el año 1876, es un nocturno con reminiscencias de Chopin y del piano romántico que había triunfado unas décadas antes en toda Europa. Encontramos también la técnica del trémolo, así como pasajes de escalas a ritmos vertiginosos y momentos de gran intensidad dramática.
Le rêve d’une fleur (El sueño de una flor)
Publicada por el mismo editor francés y el mismo año que la anterior obra, se trata de otro nocturno en el que después de una introducción llena de virtuosismo, el autor presenta un tema aparentemente sencillo, el que llevará a su clímax después de un ostinato de terceras en la mano derecha. Cabe remarcar la dificultad técnica de las últimas páginas de esta obra, donde las dos manos juegan a hacer fuegos artificiales con escalas descendientes que tienen que ser ejecutadas a una velocidad que hace pensar que Carreras debía de ser un pianista verdaderamente dotado.
Loin de ma patrie (Lejos de mi patria)
Editada a Anguelma, Francia, por la imprenta de Duchesse Petit, no podemos fechar con seguridad el año de publicación. Este tema con variaciones, de carácter intimista y que solo por momentos demanda un cierto virtuosismo, parece una canción de cuna o un tema popular que el autor hubiera versionado en las distintas variaciones, haciendo que la obra en sí, adquiera un grado alto de emotividad.
Los ecos de Cataluña
Dedicada a Isabel II en ocasión de la visita a Barcelona que hizo en 1860, y publicada por el F. Duran, suponemos que la misma ciudad condal, esta obra es una muestra de nacionalismo musical español temprano. En un momento en el que el nacionalismo catalán era minoritario en la vida cultural, Joan Carreras recrea en esta obra, una marcha militar con la indicación de “Allegro Marciale”, los sonidos de las cornetas y los instrumentos típicos de una banda del ejército. Si mas no, una de las características que la hace peculiar, es que el autor introduce la Marcha Real Española en una de las secciones de la obra, hecho que comparte con el cuarteto ya publicado por nuestra editorial. Los acuerdos placados y las indicaciones expresivas, así como los recursos de octavas en ambas manos, recuerdan por momentos a obras de autores célebres como Chopin o Liszt.
La obra empieza imitando las cornetas de una banda militar, a las que sigue el primer tema, que se repetirá de nuevo al final de la obra, lleno de acuerdos placados y solemnes, en los cuales el autor introducirá a la mano derecha las notas del himno español en la tonalidad de Fa mayor. En el segundo tema de la obra, el autor expondrá en el tono de la subdominante, Si bemol mayor, haciendo uso de la figura rítmica del tresillo. A modo de conclusión, el autor volverá a exponer el primer tema, desprovisto de carga patriótica.
Ausiàs March
El título de esta obra nos hace pensar, automáticamente, en los lazos que debían existir entre Carreras y el Renacimiento literario catalán, hecho que se evidencia aún más con la dedicatoria de la obra a “el eminente y laureado poeta catalán Víctor Balaguer”. Publicada por Vidal y Roger, de la calle Ample 35 de Barcelona, la obra es una meditación para piano, tal y como el propio Carreras indica en el subtítulo. Por momento virtuosística, la obra es también de un marcados carácter íntimo, además del lucimiento en las últimas páginas, donde el pianista ha de ejecutar pasajes muy exigentes.
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