La venjança de la reina Olga (La venganza de la reina Olga)

Durante uno de mis viajes a Ucrania escuché la extraordinaria historia, a medio camino entre realidad y la leyenda, de la reina Olga de Kiev. Se cuenta que a principios del siglo X, Olga planeó y ejecutó fríamente una venganza que eventualmente devastaría a todos los derevilianos, la tribu responsable de la muerte de su esposo Igor, el príncipe de Kiev. Según la leyenda, los drevlianos enviaron tres veces sus embajadores a Olga para convencerla de que se casara con su propio príncipe. Y en cada ocasión Olga encontraba una nueva forma de deshacerse de ellos mediante el engaño y el engaño: enterrándolos en el suelo, prendiéndoles fuego encerrados dentro de una banya (sauna) y haciendo que todos los azotaran hasta morir después de un banquete.

La cuarta vez que se vengó, marchó sobre la capital de Drevlians y la asedió durante todo un verano. Al final, Olga tomó la ciudad ofreciendo una misericordia engañosa: pidió un tributo de tres palomas y tres gorriones de cada hogar de la ciudad, solo para liberarlos con una rama encendida atada a sus colas. Los pájaros asustados regresaron a sus nidos y un incendio devastó los restos de un pueblo que decidió matar al rey equivocado.

Esta obra no reproduce programáticamente el curso de los hechos descritos en esta leyenda. Sin embargo, evoca su impulso violento. Me tentó la idea de escribir un complejo retrato de venganza inspirado en la figura de la reina Olga de Kiev y en el horror, la agitación y el anhelo de destrucción y triunfo que surge de su historia.

Por eso esta pieza no solo consta de marchas agresivas y ecos de gritos. También muestra procesos de sangre fría, que conducirán a una serie de olas implacables y una apoteosis final. Es importante señalar que no pretendía glorificar la venganza ni la violencia, sino escribir una reflexión sobre tales fenómenos a través de la música.

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