Sonata para clarinete y piano Op. 46 (DIG)

Sonata para clarinete y piano, Op. 46

Fue escrita durante la primavera de 1988, concebida en dos movimientos, el primero de los cuales mantiene la forma de Sonata. En su exposición aparecen dos temas, presentados por el clarinete y por el piano en el registro grave, respectivamente. Ambos temas son expresivos, líricos y amables. Durante el desarrollo se produce un incremento de la agitación rítmica que conduce al clímax inmediatamente antes de la reexposición. Una tranquila Coda cierra plácidamente el movimiento.

El segundo consta de dos partes muy diferenciadas. La primera es lenta, estática y muy suave casi en su totalidad, favoreciendo la expresión del clarinete que, con su sonido exento de vibrado, va desgranando un plácido recitativo. El acompañamiento es simple y repetitivo. La segunda parte es un rápido Allegro, rítmicamente complejo. El tema Rondó deriva del recitativo, aunque completamente modificado en su carácter. Incesantes cambios de compás generan energía en un movimiento de grande e intensa concentración. Después de una relajante cadencia encontramos una Coda que progresivamente crece en excitación hasta llegar a un brillante final.