Descripción
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ISMN
Ref.
Escrito por encargo del Festival de Música Española de León 2006, y para ser estrenada en el mes de Julio por la orquesta Ibérica con el violista Luís Muñiz y dirigida por el propio autor.
Siempre especialmente motivado por escribir un concierto para un instrumento tradicionalmente limitado de repertorio, la viola tiene una belleza peculiar. Puede ser ágil como el violín y profunda como el violonchelo, cogiendo lo mejor de los dos grandes instrumentos de cuerda.
La obra está planificada en 4 movimientos emparejados (2 y 2) con una sola interrupción.
El Adagio elegiaco es un movimiento corto de carácter introductorio. El sonido intenso del registro grave de la viola del primer tema contrasta con el segundo en el registro agudo más sereno y contemplativo. Una última idea, de carácter codal, hace descender la música al registro grave inicial.
Sin pausa se encadena el segundo movimiento trepidantemente vivo a ritmo ternario bajo una idea insistente de notas repetidas. De forma ternaria (A-B-A), la parte central desarrolla el primer tema del primer tiempo y presenta uno nuevo con cambios incesantes de compases. Después de una reexposición reducida sigue una excitante coda muy virtuosa y brillante.
El Lento espressivo es un movimiento agitado, de gran carga emocional y tensional. Los armónicos de la parte central dan un apropiado contraste frío en medio de la gran intensidad del movimiento. La Cadenza sigue sin interrupción, haciendo de puente entre los dos últimos movimientos. Comienza meditativa y tranquila y en el medio introduce el Allegro con sus temas principales cambiando drásticamente el carácter y precipitando la entrada de la orquesta.
El ultimo movimiento es esencialmente rítmico y enérgico. Los múltiples acentos en las partes débiles crean la sensación de numerosos compases irregulares, a pesar de estar todo escrito en métrica simple. El segundo tema proviene del primer movimiento, y al final de la obra se mezcla el tema principal del tercer tiempo con elementos extraídos de todo el movimiento.
Esta obra fue originalmente escrita para viola y orquesta de cuerda, pero desde el primer momento de concebir la obra, el compositor ya tenía en mente hacer una instrumentación para orquesta completa (con vientos y percusión). Con la orquesta sinfónica, la obra gana en diversidad tímbrica y brillo y el sonido del solista destaca más dentro del tejido acompañante.
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