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Ref.
El interés por el flautín como especialidad diferenciada de su hermana mayor (la flauta) ha ido en aumento desde hace un tiempo. La expresividad, la emisión del sonido, la respiración y un cúmulo de otras razones que han llevado a que el flautín requiera hoy en día de un estudio específico y profundo del instrumento, separado del de la flauta.
Procedente de una familia de flautistas, y habiendo recibido formación musical desde niño, el flautín fue mi primer instrumento musical. Tal vez por eso de aquí viene mi identificación del sonido del flautín con la voz de un niño. La inocencia, pureza, fluidez y dulzura de su sonido me recuerda la infancia. Con este reto de escribir un concierto para flautín, no he querido caer en la trampa de escribir una obra llena de sonidos de pájaros, trinados, pasajes de técnica brillante, registro agudo, etc. Mi deseo era expresar algo más profundo con la voz de un niño. Inspirado en la lectura del libro Diálogos con Áxel del menorquín José Antonio Fortuny, donde él mismo cuenta su lucha desde niño contra una atrofia muscular espinal degenerativa, he encontrado una historia llena de humanidad donde combina la inocencia, los enormes retos a superar con el paulatino esfuerzo luchador y el triunfo de la mente por encima del cuerpo.
El concierto fue compuesto durante el verano de 2012, a petición de unos cuantos intérpretes y está dedicado a mi padre, profesor mío y flautín solista de la Orquestra Ciutat de Barcelona durante 42 años.
El año 2016, a petición de Enrique Sánchez Vidal, decidí escribir esta nueva versión para banda sinfónica.
Salvador Brotons
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