Sonata per a arpa (Sonata para arpa)

Siempre quise escribir una Sonata para arpa, pero nunca encontraba el tiempo para hacerlo. Después de escuchar la magnífica interpretación de Cristina Montes de mi primera pieza para arpa, Subtilesa (Sutileza), me animé a componer esta nueva sonata.

Como compositor, siempre es un reto escribir para arpa. Es un instrumento maravilloso, pero mi lenguaje es habitualmente de carácter cromático y no se corresponde con la escritura propia del arpa. Como siempre, he intentado poner en relieve las posibilidades expresivas del instrumento, así como también los diferentes efectos sonoros que permite el arpa.

Escrita en julio de 2020, durante el paro de la actividad profesional causado por la Covid-19, esta sonata está concebida en tres movimientos.

El primer movimiento está escrito en forma de sonata no tonal. El tema inicial está lleno de vitalidad, con cambios continuos de compás, de binario a ternario. La segunda idea expresiva se presenta en un tempo más lento, con una actividad rítmica más estable. A continuación, hay una sección de desarrollo, que esgrime el material presentado. Empieza misteriosamente suave y va creciendo poco a poco hasta llegar al punto culminante, que nos lleva a la reexposición. Esta parte, que es más breve y ofrece cambios respecto a la exposición, nos llevará hacia un final brillante.

El segundo movimiento quiere ser una pausa, para dejarnos llevar por los encantos del arpa. Tiene cuatro partes diferentes: la primera es cantabile con una sonoridad propia de la tradición neorromántica, la segunda juega con la suave y sutil combinación de sonidos glissandi y harmónicos, la siguiente parte es un crescendo que hace avanzar el tempo para volver al primer tema romántico en la dinámica de forte. Una Coda de distensión finaliza el movimiento, desapareciendo de forma gradual.

El último movimiento es rápido y vivo. Empieza con una introducción, que más tarde servirá como postludio, iniciándose en el registro agudo y yendo hacia el más grave. Tiene dos temas principales, ambos en compás 3/4. El primero presenta el característico pedal de glissando y el segundo introduce una melodía cantabile, con algunos cromatismos, en un tempo más relajado. Después de una breve sección de desarrollo, los dos temas regresan haciendo una síntesis. El epílogo que sigue, está basado en la introducción, pero de manera inversa, llevando la música desde el registro grave hasta el agudo, concluyendo la Sonata de forma brillante.

Salvador Brotons