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ISMN
Referencia
Escrita en 1989 por encargo de la Florida State University, la ópera en dos actos Reverend Everyman es una de las obras más ambiciosas y dramáticas del autor.
Concebida para una versión televisiva, la ópera fue representada en teatro en Tallahassee, y más tarde en Portland (Oregon) con gran éxito de audiencia y crítica.
La historia medieval de Jederman, un hombre famoso enfrentándose con terror a la muerte, es actualizada en la América contemporánea por un tele predicador protestante que es castigado a la muerte por sus conductas irregulares. El glorioso Reverend con toda su gran popularidad, se queda desolado ante la muerte después de pedir en vano ayuda a todos sus amigos, familiares, y seguidores. La muerte no tiene amigos y asusta a todos. Todas las riquezas y ambiciones de este mundo se reducen a nada ante este inevitable final.
Después del estreno de la ópera, y con vistas a una mayor difusión de la música, el autor combinó el Preludio, Interludi, y Finale que sin interrupción y a la manera de un corto poema sinfónico sintetiza el contenido argumental de la ópera.
En el Preludio aparece la imagen aterradora del hombre de la muerte, representada por el contrafagot y trombones, frente a la grandeza del hombre poderoso. Más tarde aparece el tema amoroso de su humilde mujer (tema del oboe) que adquiere un desarrollo agitado. El Preludio concluye con una nueva aparición de la muerte.
El Interludio es un espacio musical brutal entre las escenas 1 y 2 del Acto 2, justo después que el Reverend es confrontado cara a cara y por última vez por la muerte. La insistencia rítmica es omnipresente y la música es todo energía, exuberancia y dramatismo.
En el Finale la imagen cansada de un hombre desolado y arrepentido suplicando ayuda es ilustrada. Sobre un ostinato lamentoso de los violonchelos aparecen imágenes pasadas, fugaces a la manera de flashback que tormentan al héroe derrotado. Una sensación de soledad, impotencia y extrañeza sitúan al hombre abandonado en un escenario vacío esperando que la dama negra se lo lleve.
Salvador Brotons
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