Dolça infantesa (Dulce infancia), para banda sinfóncia

Dulce infancia ha sido producto de un encargo de la Banda de la Asociación musical «Virgen de los Prados de la Aldea (Baix Ebre, Tarragona) y particularmente de su director Àlex Rodriguez Belvís.

Él mismo me propuso la idea de componer música sobre temas infantiles populares catalanes. Encontré el proyecto muy interesante por el reto de escribir una obra original para Banda Sinfónica de un tamaño medio y de una dificultad asequible. La duración debía ser de unos 8 minutos. La mayoría de las obras que he escrito para Banda Sinfónica son de dificultad alta y me hacía una ilusión particular escribir una pieza corta y no difícil para Banda. Así que, una vez conocidas todas las condiciones previas, he escrito una obra bien tonal de un tirón en unas tres semanas.

Hice un poco de búsqueda de canciones infantiles catalanas y de los muchos encuentros seleccioné siete de ellas con el siguiente orden de aparición: «Cançó dels colors (Canción de los colores)”, «Sol solet», «Cargol treu banya (Caracol saca cuerno)», «Paf era un drac màgic (Paf era un dragón mágico)», «Els tres tambors (Los tres tambores)», «Les nenes maques (Las niñas guapas)» i «En Joan petit quan balla (Joan pequeño cuando baila)».

Las canciones son presentadas y seguidamente desarrolladas con cambios de instrumentación y tonalidades que dan variedad tímbrica y sonora. Entre canciones hay varios puentes de enlace musicales originales míos. He buscado las tonalidades de entrada más apropiadas para la Banda y que los tempi y dificultad técnica no sean nada extremas.

La composición tiene una forma A-B-A siendo la parte B un pequeño paréntesis en medio de la obra. La parte A es la más larga y presenta las seis primeras canciones. La obra comienza a tempo «Andante» pero poco a poco se incrementa la velocidad pasando a «Moderato» y después a «Allegro». En la corta parte central (B) a tempo ben Lent (Largo) y bajo una armonía de los metales con sordina, el oboe y el flautín sugieren melodías presentadas anteriormente.

La vuelta de la parte A ofrece cambios de carácter e instrumentación y la introducción de la canción » En Joan petit». Como clausura, la obra encuentra su culminación con la simbiosis de «Els tres tambors» y «Les nenes maques» trenzando un final bien brillante.