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ISMN
Ref.
La idea de escribir un concierto para contrabajo viene de lejos. Distintos contrabajstas me habían sugerido la idea y yo siempre me he mostrado particularmente abierto al reto especial de escribir conciertos para instrumentos de repertorio reducido. Además, siempre he pensado que el contrabajo es un instrumento con numerosas posibilidades expresivas para descubrir. En la orquesta conocemos muy a menudo un contrabajo relegado a las profundidades (registro grave) realizando notas tenidas y unos cuantos pizzicatti. Mi reto ha sido el de escribir un concierto destacando todos los registros del contrabajo, enfatizando sus cualidades líricas en la cuarta cuerda, la profundidad de sonido de la primera cuerda, efectos especiales, harmónicos, pizzicatti, glissandi, etc… todo al servicio de un concierto donde la orquesta tiene un rol importante, ya sea dialogando o acompañando al solista.
Preferí que la orquesta estuviese íntegramente formada por instrumentos de viento para facilitar la proyección tímbrica del solista, un instrumento de sonido oscuro que se puede confundir con un acompañamiento de cuerda. El contrabajista Jonathan Camps se ofreció para mostrarme las posibilidades del instrumento y fascinado por su sonido, vibrato y técnica moderna, me animó a decidirme a componer este concierto.
Como en cualquier concierto, mostrar al máximo el abanico de posibilidades expresivas del solista, ha sido mi preocupación principal. De todas maneras, la orquesta tiene un rol muy participativo, cuidando mucho el equilibrio con el solista.
(Salvador Brotons)
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